Seguimos asistiendo al descenso de pernoctaciones en turismo rural en nuestra provincia, datos estadísticos más que preocupantes, que precisan de un análisis detallado en relación al desarrollo del turismo rural a lo largo de estos últimos veinticinco años.

Si bien, existen una serie de hechos que podemos destacar y que sin duda nos marcan el pasado, presente y futuro de una actividad empresarial en muchos casos complementaria a otra actividad económica del emprendedor, donde se han invertido importantes recursos públicos y privados y en muchas ocasiones con escasos criterios de viabilidad económica, técnica y financiera, pero que animaban a apoyar en muchos casos la única iniciativa pseudo empresarial que nacía en nuestro extenso y abandonado medio rural.

No hay duda, que una floreciente actividad económica en estas últimas décadas, se está viendo arrastrada por la inmensa fuerza devastadora de la crisis económica que nos golpea, pero que sin duda no ha sido la causa principal, que se encuentra principalmente en una falta de planificación, coordinación y acompañamiento de un sector que ha ido creciendo a fuerza de ayuda pública, que ha originado distintas velocidades en el desarrollo del sector, una primera de carácter puramente empresarial y profesional, una segunda con una actitud más centrada en la rehabilitación y recuperación del patrimonio rural y por último, una tercera, basada en la especulación y el abuso de una ayudas públicas que deberían haberse destinado a otros fines más productivos.

Pero creo que estamos a tiempo de buscar soluciones y estrategias de futuro, que sin duda tienen que partir de los verdaderos profesionales del turismo rural; estaba cantado que con el paso del tiempo tendría lugar una selección de los empresarios de turismo rural frente a los especuladores del sector, sin duda la crisis no ha hecho más que acelerar el proceso.

El día 6 de junio se inicia en Avila el Primer Congreso Nacional de Turismo Rural, que sin duda puede ser el mejor escenario para definir los retos futuros del sector, el papel de las redes sociales, la innovación, la accesibilidad y la calidad, la promoción y comercialización de los destinos; sin olvidar, el amplio debate que existe en estos momentos en relación al marco jurídico del turismo rural en España