Asistíamos perplejos y apesadumbrados este fin de semana al dramático incendio en una casa de turismo rural en el norte de la provincia de Burgos, en la que perdían la vida seis personas que celebraban un encuentro familiar. Lo que pretendía ser unos días de convivencia y encuentro, se han visto truncados por un lamentable suceso.

Casualmente hace tan sólo una semana visitaba El Burgo de Osma nuestro ministro de Industria, Comercio y Turismo, para presentar de forma oficial el Plan Integral de Turismo Rural, un Plan sumamente ambicioso en sus objetivos, al consensuar con todas las comunidades autónomas, excepto Cataluña, la ordenación y categorización de los alojamientos de turismo rural. Desde Castilla y León se ha capitaneado la iniciativa desde el principio, al ser la referencia del turismo interior en nuestro país, trabajando y aprobando un Decreto mucho antes que el resto de las regiones. Se propone categorizar los alojamientos de turismo rural mediante estrellas verdes similares a las de los hoteles convencionales, con el fin primordial de que los turistas extranjeros sepan desde un principio la tipología y características del alojamiento que están reservando.

Como es lógico, está muy bien que se ordene y regularice, en definitiva se legisle también en materia de turismo rural, con unas exigencias mínimas para legalizar un alojamiento, en relación a la capacidad máxima en el número de plazas, en relación a la tipología del alojamiento, superficies mínimas de habitaciones y espacios comunes, medidas básicas de seguridad obligatorias, etc.; si bien, no menos importante resulta la supervisión, control e inspección por parte de la administración competente, para que la declaración responsable del propietario, sea eso, responsable con todas las consecuencias.

Este fin de semana las estrellas verdes esperanza se han truncado negras de dolor, ante la pérdida irreparable de niños y adultos, las medidas de seguridad por parte de todos son imprescindibles y en muchas ocasiones pueden evitar que sucedan estos dolorosos hechos.

Confiemos que este lamentable accidente no retraiga las reservas de turismo rural en nuestros alojamientos, ahora que abrimos las puertas a la primavera y nuestros pueblos y sus entornos florecen de color para los visitantes