Creo que uno de los logros principales que nos ha dejado la ejecución del Plan de Dinamización Turística de nuestra ciudad, ha sido sin duda, una magnífica señalización de lugares, edificios y puntos de interés turístico, que hacen mucho más fácil e instructiva la visita a nuestros turistas. De hecho, al entrar a la ciudad una gran señal con el slogan “Soria, pura vida”, nos da la bienvenida e incluso nos informa de los eventos que podemos disfrutar en esos momentos en la ciudad. Por lo tanto, podemos afirmar, que en estos últimos años la ciudad ha dado un salto cualitativo y cuantitativo importante en señalización turística, tanto desde el punto de vista público como el que hace referencia a la información de nuestros establecimientos hoteleros, salvo la asignatura pendiente del Parador Antonio Machado, que sin duda hace dar más de una vuelta por las proximidades del Cementerio a nuestros visitantes antes de embocar la subida al Castillo.

Sin embargo, es necesario seguir manteniendo esos criterios en todas las actuaciones que se planteen y no improvisar y buscar soluciones apresuradas que finalmente nos indican que no eran la mejor opción. Me refiero en concreto a la pancarta de lona situada en el Collado, que sin duda daña la imagen visual de tan magnífico espacio y que seguramente invitaría a cada uno de los comercios a colocar otra con la publicidad de su negocio. Sin duda, que visto los resultados, de ningún modo ha sido el reclamo esperado para atraer visitantes a nuestra Casa de los Poetas, y me sigo preguntando que con un punto de información turística municipal a poco más de quinientos metros, como es posible que de cada mil personas que pasan por dicho punto de información tan sólo seamos capaces de atraer a visitar la Casa de los Poetas a diez de dichas personas.

Es  necesario que las tres entidades responsables de su gestión analicen y estudien la forma óptima de dinamizar dicho espacio museístico, olvidándose para comenzar a trabajar, del precio al que hay que poner la entrada al visitante. No cabe duda, de que quizás el esfuerzo hay que centrarlo en diseñar que cualquier visita a la ciudad tanto para grupos como de forma individual tenga como visita obligada  la casa de nuestros poetas.