Resulta evidente que el aprovechamiento micológico desde el punto de vista del ocio y el turismo ha sido tardío en nuestro país si lo comparamos por ejemplo con Francia o Italia, que cuentan con diversas iniciativas turísticas pioneras en torno a la trufa, que es muy apreciada en ambos países.

Las causas de esta tardía incorporación de España, las podemos encontrar en un tardío desarrollo del denominado turismo rural, que hasta la década de los noventa no comienza a conformarse como una oferta turística arraigada en los territorios rurales, sin olvidar la escasa tradición micológica de la península respecto a otros países de nuestro entorno.

Nuestra provincia se encuentra a la vanguardia a la hora de trabajar en el desarrollo del micoturismo, que ha propiciado en primer lugar, una diversificación en la oferta de actividades turísticas, convirtiéndose los meses de otoño en la máxima concentración de visitantes en nuestros pueblos.

Sin duda, el turismo micológico, ha nacido fruto de una demanda fundamentalmente urbana con interés por desplazarse para disfrutar de estos recursos en un entorno natural, se ha sabido combinar naturaleza, gastronomía y patrimonio cultural para diseñar una gran variedad de productos por sí mismos capaces de atraer un turismo de calidad, si bien, no hemos sido capaces hasta la fecha de articular una estrategia de comercialización conjunta, que nos de el protagonismo necesario para convertirnos en la referencia del micoturismo de este país.

Reivindicar las setas y la trufa de Soria, con su certificación ecológica, que nos de un marchamo de calidad al producto desde su nacimiento, acompañada del saber hacer de nuestros cocineros y de la profesionalidad de los guías micológicos, conformarán una oferta turística única. En este sentido, merece destacar el trabajo y la dedicación del municipio de Abejar, capaz de afianzar y consolidar la Feria de la Trufa año tras año, consiguiendo para la comarca de Pinares romper la estacionalidad en uno de los meses del año con menos actividad turística en nuestra provincia y ser capaces de llenar todos los alojamientos de turismo rural de la comarca. Y es que no podemos olvidar, que como dice Juan Mari Arzak, “.. la trufa de Soria, es el rolls royce de las trufas”