Hace más de veinte años que la Diputación Provincial de Soria sacó a concurso la gestión del conocido por todos “Albergue de Piqueras”. La idea era loable, ya que se trataba de un edificio que había sufrido el abandono total hacía ya varias décadas y que pedía a gritos una rehabilitación y puesta en valor, como una infraestructura turística singular, dónde se podía iniciar lo que por aquel entonces comenzaba a denominarse turismo de naturaleza. Una joven empresa soriana integrada por tres socios veinteañeros, entendieron que el denominado actualmente turismo activo podía ser una actividad idónea para la provincia de Soria y en esa línea de trabajo comenzaron a diseñar paquetes turísticos ligados a la naturaleza y al medio ambiente. Entendieron que el Albergue de Piqueras podía ser el centro neurálgico de su proyecto empresarial y con la ilusión y la inocencia de unos bisoños emprendedores optaron a dicho concurso, con la suerte inicial que tan sólo se presento otra empresa más. El concurso se resolvió y por desgracia,  nuestro ilusionante y novedoso proyecto empresarial, quedó en segundo lugar, ganando el concurso una importante empresa constructora de la provincia. Entendimos que la iniciativa requería de la envergadura económica y estructural de una gran empresa y asumimos la derrota como buenos deportistas. Pasaron los años, cambiamos de siglo e incluso hemos podido ver con nuestros ojos la inauguración de un magnífico túnel que nos acerca a nuestros vecinos riojanos, pero en estos más de veinte años, por desgracia, no hemos visto ni un andamio que nos indicara el interés por rehabilitar y poner en valor ese magnífico edificio.

Por desgracia se trata de un comportamiento habitual en Soria, por lo general nos mostramos pasivos y con pocos ganas de arriesgar y apostar por el desarrollo de la provincia, pero cuando algo se mueve o pretende buscarse un espacio en esta constreñida sociedad, enseguida saltan las alarmas y los de siempre tocan a arrebato impidiendo el mínimo movimiento que pueda convertirse en competencia; en definitiva ni hacen ni dejan hacer, quizá este sea el primero y más grave problema que tiene la maltrecha economía soriana y que va siendo hora que empecemos a solucionar de una vez por todas