Hace más de doce años nos reuníamos entorno a una mesa de trabajo, con el fin de dar los primeros pasos en la ordenación de la micología en nuestra región. Fruto de aquella reunión fue el Decreto 130 de 17 de junio de 1999, por el que se ordenaban y regulaban los aprovechamientos micológicos en los montes ubicados en la Comunidad de Castilla y León. Era el principio de un largo y duro trabajo a lo largo de todos estos años para situar la micológia como una de las actividades  que ha situado a Soria como referente  a nivel regional, nacional e internacional.

De ahí surgieron varios proyectos apoyados desde Europa por su grado de innovación, transferencia y puesta en valor del medio ambiente,  donde fueron implicándose poco a poco municipios de nuestra provincia, cediendo sus aprovechamientos; asociaciones micológicas colaborando con los distintas iniciativas y colegios interesados en que sus alumnos tuviesen una formación aplicada saliendo del aula unos pocos kilómetros.

Faltaba tan sólo ser capaces de articular la micología como un recurso turístico y gracias al programa Gastromyas se pudo hacer realidad; se implicaron restaurantes, hoteles, casas rurales, empresas de turismo activo, de muchos pueblos de Soria, que vieron las posibilidades que tenía el proyecto para atraer nuevos turistas de la ciudad, deseosos de pasear por nuestros montes, recolectar las distintas especies acompañados de un guía, para posteriormente poder degustar los menús micológicos de los distintos restaurantes.

En estos últimos años, estamos asistiendo a un mayor número de turistas y pernoctaciones en los meses de septiembre, octubre y noviembre, coincidiendo con la época de recolección del recurso, y es que podemos afirmar y sentirnos orgullosos que Soria es un referente del micoturismo en Castilla y León, estando avalado por el Congreso Internacional que cada dos años se celebra en Soria, con los mejores cocineros a nivel internacional.

Pues bien, todos estos pasos en busca de la innovación y puesta en valor de nuestros recursos, en la mayoría de los casos ligados al medio rural, resultaría imposible de desarrollar e implementar sin la labor callada de un grupo de investigadores, que a lo largo de todos estos años han estado participando en todos los proyectos relacionados con la micología en Soria. Han  desarrollado su trabajo en un sencillo edificio, camino del Monte Valonsadero,  pero  que muy a pesar de todos los sorianos cierra sus puertas por causa de la maldita crisis, que está dejando nuestra provincia sin lo único que teníamos en cantidad y calidad, que son nuestros excelentes recursos humanos, capaces de innovar y desarrollar proyectos como en cualquier ciudad desarrollada del mundo.