Pasamos página a otro verano en nuestra provincia, repitiendo verbenas, calderetas, hinchables y bailódromos en todos y cada uno de nuestros pueblos, para animar la estancia de los veraneantes que se prodigan mucho más desde el comienzo de la crisis económica y que nos hacen mucho más amables y amenos los días de calor y descanso. Otro verano inmersos en la recesión, con cifras de paro inaceptables, con largas colas de familias necesitadas de alimentos para poder subsistir, de cierres de empresas y comercios, que nos señalan un otoño y un invierno frío climatológicamente hablando pero muy calientes desde el punto de vista social y reivindicativo.

Nos encontramos en estos días ante el comienzo de un nuevo curso en todos los ámbitos de la actividad diaria de nuestra provincia. Nuestros políticos parece que entran con ánimo y ganas de trabajar, con un consenso poco frecuente en estas tierras que tiene como objetivo poner en marcha un plan de desarrollo para los próximos años dónde tienen puestas muchas esperanzas un número importante de sorianos que en la actualidad engrosan las filas de los demasiados desempleados con los que cuenta Soria. El nuevo curso en materia turística se inicia con muchas esperanzas puestas en el reino fungi, en la marca y el marchamo de calidad que tiene nuestro micoturismo en todas y cada una de las regiones de nuestro país; si bien, es importante señalar que hemos pasado unos meses de verano con unas cifras de ocupación preocupantes para los empresarios del turismo de nuestra provincia, perdiendo más de un millar de turistas en relación al año pasado en alguno de los meses de verano. El prometedor otoño micológico no puede hacernos olvidar la proximidad de los meses de invierno y la necesidad de dar un impulso definitivo al turismo de nieve en Soria, las instalaciones que tenemos en Santa Inés precisan de un mayor acompañamiento por parte de las administraciones competentes y el ilusionante proyecto de nieve de Covaleda necesita pasar de proyecto a realidad en el menor tiempo posible.

Por último, no quería finalizar sin mencionar los principales protagonistas de este nuevo curso, los más pequeños de la casa, que llenan de ilusión y esperanza todo lo que tocan, que retornan nuevamente al colegio y al día a día con sus compañeros y amigos, que sin duda dentro de unas décadas sabrán poner a Soria en el lugar que se merece.