Asistíamos la pasada semanada perplejos a los datos que nos proporcionaba la Encuesta de Población Activa para nuestra provincia, nos aproximamos a los ocho mil parados, cuando hace menos de una década presumíamos del pleno empleo y de una tasa de paro denominada “residual”. Los primeros golpes de la crisis supimos aguantarlos sin que nuestra estructura económica provincial se resintiera, si bien, el transcurso de estos años de recesión, han ido debilitando nuestros pilares empresariales, encontrándonos en estos momentos en una situación extremadamente delicada. Una provincia que ve como sus pequeños polos industriales pierden tejido empresarial todos los días, que el sector público se minora en cantidad y calidad por falta de recursos presupuestarios, que el sector primario aguanta la crisis a la espera de una negociación medianamente satisfactoria de la nueva Política Agraria Común, y un sector servicios dispuesto a satisfacer las necesidades de una clientela que ni puede ni debe consumir por esta patética situación económica.

Y quizá el turismo puede ser ese motor de desarrollo del que tanto han hablado nuestros políticos en ferias y campañas electorales, pero que en el caso de nuestra provincia nunca acaba de despegar definitivamente. Ahora en tiempos de crisis, que han desaparecido los Patronatos de Turismo, los fondos públicos para la ejecución de Planes de Dinamización Turística, nos queda el tesón y el empeño del empresario turístico de nuestra provincia, que lleva décadas apostando por el sector, con inversiones por y para el desarrollo de su tierra, pero que no ha visto nunca tendida la mano de las administraciones, para reconocer un trabajo y un esfuerzo jamás recompensado. Y es que tiene mucho mérito haber salido de esta tierra y tras el paso de los años, haber conseguido triunfar allende de nuestras fronteras; pero nadie me puede negar, que al menos tiene el mismo mérito quién apostó por su terruño, invirtió todo su esfuerzo y capital en su pueblo y ha sido capaz de mantener empleo y actividad en todas esas poblaciones que jalonan nuestra provincia.

Esa es nuestra población activa, que en cualquier caso tiene que evitar por todos los medios sentirse desmotivada, cabreada y con pocas perspectivas a corto y medio plazo de mejorar su situación económica, porque de ello depende el futuro de nuestra provincia.