Por fin llegaron las lluvias, invitando a locales y turistas a adentrarse en el bosque en busca del tesoro micológico. Si bien, hablamos con demasiada frecuencia de un turismo micológico en nuestra provincia cuando en realidad se trata de una serie de acciones individuales y en la mayoría de los casos descoordinadas, que hacen al potencial turista mostrarse perdido al no encontrar un producto conjunto, que le permita alojarse, recoger setas acompañado de un guía y luego poder degustarlas en uno de nuestros magníficos restaurantes. Y es que proliferan las jornadas micológicas en distintos establecimientos de la provincia, comienzan también algunos ayuntamientos y asociaciones a diseñar sus trabajadas exposiciones, la asociación provincial de hosteleros nos presenta por estas fechas la “Semana de la Tapa Micológica” y cada dos años tenemos un evento de referencia en el mundo de la cocina micológica, como es “Soria Gastronómica”. Tenemos en definitiva todos los argumentos para construir un magnífico producto, pero seguimos siendo incapaces de comercializarlo. La administración regional creo que va a tomar las riendas de este vacío que nos impide avanzar en el mundo de la comercialización turística y esperemos que el próximo año el micoturismo en Soria sea un producto estrella para agencias y tour operadores.

Por otro lado, no podemos olvidar que el desarrollo del turismo micológico no va a precisar de grandes inversiones en infraestructuras y además en el caso de Soria ya las tenemos, aunque en algunos casos cerradas por incompetencia de sus gestores. Se han invertido muchos fondos públicos, europeos, nacionales, regionales y locales, y no se puede permitir que estén cerrados sin desempeñar la función para lo que fueron diseñados, junto con la posibilidad de crear sinergias y riqueza en los vecinos de nuestros pueblos. Tenemos itinerarios micológicos, centros de interpretación e incluso centros de investigación, que se ha ido cerrando antes y durante la crisis económica, sin darnos cuenta que nos pueden  ofrecer la posibilidad de promover actividades como conferencias, jornadas, así como ser el punto de origen de las excursiones micológicas, sin olvidar, que van a constituir puntos de información y asesoramiento a locales y visitantes.