Estamos asistiendo estas últimas semanas en comprobar la nula importancia que se le asigna por parte de la administración regional a los grupos de acción local de nuestra provincia, encargados en teoría de dinamizar unos territorios que han estado en coma profundo durante muchos años y que en estos momentos con la supresión de los centros médicos, las escuelas públicas y las farmacias rurales, agonizan sin saber a ciencia cierta que va a ser de ellos en un futuro inmediato. Y ante esta dramática situación, resulta muy sencillo recortar fondos públicos aprobados por convenio hace más de cinco años a todos nuestros territorios rurales, en primer lugar porque la masa crítica afectada es muy pequeña, poco más de cincuenta mil personas en nuestra provincia, por desgracia muy envejecida, más del 40% de la población rural por encima de los 65 años, y sobre todo, porque quienes nos representan, en su mayoría del mismo color político que quien toma las decisiones en Valladolid, se esconden tras las siglas del conformismo y de los interés partidarios, antes que dar un golpe en la mesa de  algún despacho de la capital regional y reivindicar que no sólo existimos si no que queremos seguir viviendo.

El desarrollo de nuestros pueblos en estos últimos veinte años, no sólo tiene que estar agradecido a los planes provinciales de nuestra Diputación, es de justicia señalar que gracias a los programas de desarrollo rural se ha hecho una importante labor en nuestros territorios rurales de la mano de iniciativas cofinanciadas en todos los casos con fondos europeos, que han sabido infundir en nuestros pueblos ideas nuevas e innovadoras, en algunas ocasiones mal copiadas por la administración regional. Y en este sentido, sin duda ha sido el turismo en el medio rural, el sector económico que más se ha dinamizado en estas dos décadas gracias a los grupos de acción local, que han sabido articular estrategias de desarrollo turístico tanto para el sector privado como para el sector público, los ejemplos se distribuyen por todos los pueblos de nuestra provincia, casas rurales, posadas, centros de interpretación, etc., han propiciado una dinámica económica positiva, que ha tenido en la mayoría de los casos unos responsables, los grupos de acción local, a pesar de que otros se hayan querido apuntar  los méritos  lo largo de todos estos años.