Nos acaban de confirmar que la provincia de Soria no merece disfrutar de la alta velocidad como la mayoría de los territorios de nuestro país, lo que sin duda, va a implicar un mayor estancamiento si cabe de nuestro desarrollo económico. Hemos asistido estas últimas décadas al impulso de territorios localizados en la “periferia”, que gracias a estar situados en el ámbito de una línea de alta velocidad han cambiando radicalmente su realidad económica y social, aproximándose a las grandes áreas urbanas y del mismo modo, sirviendo de centros de descongestión de esas mismas ciudades, impulsándose el desarrollo de centros universitarios, industriales y logísticos.

En nuestro caso, la sensación de que nos vamos distanciando físicamente de los centros de decisión por falta de unas infraestructuras del siglo XXI es notorio y lo percibimos tanto en la capital como en el conjunto de municipios de nuestra provincia. Este abandono, sin duda repercute diariamente en los poco más de noventa mil habitantes de Soria, pero también influye enormemente en los servicios que podemos ofrecerle al visitante y al turista, tanto cuando quiere llegar a nuestra provincia como cuando se plantea recorrerla utilizando el transporte público.

Y si hablamos de velocidad, no podemos olvidar la trascendencia que tiene para cualquier actividad económica el uso de las tecnologías de la información y la comunicación. Se nos prometió que desde cualquier rincón de la región se podría acceder a internet con la denominada “banda ancha”, que posibilitaría un cambio radical en nuestros pueblos, con la posibilidad del teletrabajo y el consiguiente regreso de pobladores urbanos al medio rural; pero la cruda realidad es que en la actualidad muchos pueblos de nuestra provincia no tienen acceso a la red de redes lo que imposibilita enormemente cualquier actividad empresarial, incluso impidiendo la posibilidad de poder pagar cualquier servicio turístico con una tarjeta de crédito a través de una pasarela de pago.

Sin duda, no jugamos con las mismas cartas que en el resto de las provincias de nuestro pais, por lo que competimos en el mismo escenario pero con actores de segundo nivel y por mucho esfuerzo que hagamos en intentar atraer iniciativas empresariales a nuestra provincia, nos encontraremos relegados a un segundo lugar por la falta de esa velocidad que se nos tienen vetada.