Dejamos atrás días de fiesta y de bullicio en nuestras calles, nos han visitado muchos turistas procedentes de todos los rincones del país, si bien, las cifras de ocupación de nuestros alojamientos de turismo rural con un 70% no son muy optimistas de cara a los meses de verano. La tendencia a la baja en la ocupación del turismo rural en general, se viene manifestando hace varios años, si bien, el punto de inflexión se produce a partir del inicio de la crisis económica.

Se venía anunciando que la proliferación incontrolada y carente de planificación territorial de los “negocios” de turismo rural en nuestra provincia habían alcanzado un grado de saturación importante, superando la oferta a la demanda de clientes que se proponen pasar unos  días conociendo nuestra provincia. No es posible que tengamos una o dos casas de turismo rural en cada uno de nuestros pueblos, es preciso sentarse en una mesa las administraciones y organismos competentes en la materia (Dirección General de Turismo de la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León, Diputación Provincial de Soria, Mancomunidades Turísticas, grupos de acción local, asociaciones de turismo y ayuntamientos), con el fin de diseñar un plan de actuación turística de nuestra provincia. Tenemos en estos momentos poblaciones con un exceso de oferta de alojamientos turísticos, que lleva consigo una guerra de precios a la baja en la mayoría de los casos de los propios propietarios.

Las alarmas ya han sonado mucho antes para el turismo rural en otras provincias, por lo que no debemos por falta de previsión que comience la sangría de pérdidas de puesto de trabajo y cierre de negocios en nuestros pueblos. Hay muchas comarcas que necesitan del turismo para poder salir de esta grave crisis económica, que se está llevando sectores productivos como la madera y el mueble y que han sido durante muchos años el motor de desarrollo de muchos territorios.

Hace una década se daba por hecho que la ocupación en los días de Semana Santa se acercaba al 100% en nuestros alojamientos, siendo el barómetro que nos auguraba una optima ocupación en los meses de verano y otoño en nuestra provincia. Los tiempos han cambiando y la crisis económica global lo inunda todo, seguramente a partir de ahora, salvo en las fiestas de San Juan en la capital, no volveremos a utilizar el término completo para nuestros alojamientos turísticos en varios años.