Resulta muy ilustrativo salir de vez en cuando del terruño y observar cómo evolucionan y se desarrollan otras ciudades. Sin duda la actividad industrial entorno a cualquier urbe marca el pulso económico y las posibilidades de desarrollo a corto y medio plazo; sin embargo la vitalidad social del día a día lo articula la actividad que se desarrolla en torno al sector servicios.

La actividad comercial y el bullir de sus gentes conforman un espacio urbano dinámico, atractivo para vivir y para plantearse la posibilidad de poner en marcha un negocio. Por ello, es muy importante planificar la ciudad desde un punto de vista integral, teniendo en cuenta la singularidad y cometido de cada barrio para con el conjunto del entramado urbano. Uno de los espacios urbanos más difíciles de planificar son los cascos históricos de las ciudades, que requieren proyectos integrales de actuación con el consiguiente requerimiento de importantes inversiones de fondos públicos, que en estos momentos no son prioritarios en el devenir de las decisiones de cualquier corporación municipal. Por ello, se relega en muchas ocasiones a estos espacios a un abandono dramático para sus vecinos, que se ven abocados a cambiar de residencia, por problemas tan graves como la convivencia diaria o la salubridad. Ante este problemática también sucumben en muchas ocasiones los comercios ubicados en estos espacios urbanos, asentados en un principio aprovechando los precios interesantes de los locales y que se ven finalmente abocados al cierre por falta de masa crítica que los haga mínimamente viables.

En ciudades pequeñas o medias como puede ser Soria, resulta imprescindible planificar antes de ejecutar inversiones que pueden ser trascendentales para la ciudad. La puesta en marcha de una gran superficie, en el alfoz de una ciudad, puede cambiar los hábitos comerciales de sus habitantes, del mismo modo que puede dejar vacía la actividad de su centro urbano. En el caso de Soria, la ejecución del nuevo mercado de abastos, sin duda, marcará un antes y un después en la actividad comercial de este entorno, y estos años duros de cierres de comercios sin duda se tornaran en nuevas iniciativas y proyectos comerciales, volviendo nuevamente la luz a estos espacios en la actualidad tristes y apagados. En la mente de nuestros gobernantes siempre tiene que estar presente, que si el comercio desaparece la ciudad se apaga y en muchos casos con consecuencias irreversibles..(