No era mi intención comenzar el nuevo año de forma pesimista y negativa en relación al futuro próximo de nuestra provincia, si bien, las noticias de carácter estructural que se publican estos últimos días en la prensa escrita local no son para dar saltos de alegría. En relación a la despoblación de la provincia y a la pérdida de habitantes de nuestros pueblos, nos encontramos que la propia Soria capital, que hasta la fecha había mantenido e incluso aumentado su balance demográfico, en este último año ha perdido más de cuatrocientos habitantes. Y me pregunto, que fue de esa agenda contra la despoblación de Castilla y León, analizada y diagnosticada por un importante elenco de intelectuales y catedráticos, que fue consensuada por los dos partidos mayoritarios de la región, pero que no ha conseguido el primero y único objetivo, evitar la sangría poblacional que adolecen la mayoría de las provincias de Castilla y León.  Por otro lado, vemos como el tejido empresarial de la provincia cada día se contrae más, habiendo perdido más de trescientas empresas desde que comenzó la crisis económica. Ante estos dos grandes males estructurales con los que iniciamos este Nuevo Año, nos podemos preguntar si hemos tocado fondo en la recesión y vamos a retomar el vuelo como vaticinan nuestros políticos desde la capital de España, o por el contrario a la provincia de Soria todavía le queda un largo peregrinar hasta conseguir nuevamente remontar el vuelo.

Bien es verdad, que la incidencia de la crisis en nuestra provincia tardó un par de años en hacerse realmente efectiva en relación a otros territorios de nuestro país, por lo que considero que de igual forma vamos a tener que seguir sufriéndola un largo periodo de tiempo. Siempre he pensado que una población joven tiene muchas más posibilidades de salir adelante ante cualquier reto, por ganas, por fuerza, por ilusión y por imaginación. Lamentablemente en nuestro caso, la población joven no es la dominante en nuestros pueblos, y con los que podemos contar para sacar esto adelante, les invitamos a marchar por falta de perspectivas de formación y de trabajo en su propia casa; ante este preocupante panorama, ¿nadie se considera responsable de la situación en la que se encuentra nuestra provincia?.