No cabe duda que las vísperas de un puente como el de Todos los Santos es motivo de ilusión y trabajo para el sector turístico de nuestra provincia, con el añadido de una campaña micológica más que aceptable, que como es lógico también favorece el optimismo de locales y foráneos, utilizando la jerga de la regulación.

Sin embargo, creo que no podemos consentir que este preciado tesoro que florece en nuestros bosques se vea arrasado por una multitud de mercenarios del este que acuden ex proceso a nuestras tierras  para arrasar y devastar el ecosistema, dejando tan solo suciedad y destrucción a su paso.

Verdaderamente nunca pensé que un proyecto que tenía por bandera la sostenibilidad medioambiental (Micología y Sostenibilidad=Myas), tuviera como resultado después de más de una década, el descontrol y desorden que campea en nuestros montes con nocturnidad y alevosía de la mano de un puñado de furtivos, inundando nuestros pueblos de un semblante que no se corresponde con la realidad cotidiana.

Qué sensación tendrán nuestros turistas al llegar a nuestros pueblos en busca del alojamiento que han contratado por internet y se encuentren varias patrullas de la guardia civil pidiendo la documentación a multitud de pequeños grupúsculos de gente venidas de otras tierras con el único afán  de sacarse un jornal de sol a sol, sin importarles como van a quedar los montes cuando se marchen hasta el año que viene.

Y es que creo que los dos axiomas básicos en los que se apoyaba este intento de ordenación y regulación del recurso micológico, que eran, en primer lugar,  la unidad de acción, es decir, todos a una, la provincia de Soria como una única unidad de gestión y ordenación, evitando los islotes y los reinos de taifas, que sin duda están resquebrajando el proyecto en su línea de flotación. Y en segundo lugar, la regulación como piedra angular de la sostenibilidad del recurso, evitando la esquilmación de los montes, el abuso y el mercadeo incontrolado. Si no somos capaces de conseguirlo, estamos dejando escapar nuevamente otra oportunidad de desarrollo endógeno de nuestra provincia, que sin duda, otros territorios sabrán aprovechar.