Hace más de quince años, se inició en Almazán un proyecto de los llamados innovadores, que tenía por objeto la rehabilitación de un edificio en desuso y abandonado, incluido en el abundante patrimonio industrial que tenìa RENFE a lo largo y ancho de la provincia de Soria y que gracias a la pujanza del denominado turismo rural se ha podido recuperar un numero importante de estaciones, apeaderos y almacenes, de las conocidas como líneas de ferrocarril en desuso y abandonadas.

El imponente edificio que albergaba la estación de ferrocarril de Almazán-Dehesa, que nos señalaba la importancia neurálgica del lugar en el tráfico ferroviario de los años sesenta y setenta, abandonado a su suerte desde 1985, había sufrido el saqueo y la destrucción para lo que fue concebido, sin olvidar, que la cubierta tenía grandes posibilidades de derrumbe y por consiguiente de la pérdida definitiva del edificio. Era preciso una primera actuación de urgencia, centrada en la consolidación del edificio y la recuperación de su cubierta y que gracias a los programas de Escuelas Taller vigentes en aquel momento se consiguió mantener el edificio a la vez que se formaba a un número importante de jóvenes de la comarca en los gremios de albañilería, fontanería y carpintería, tan demandados por entonces en el sector de la construcción.

Se había dado el primer paso, pero era preciso no quedarse ahí, por lo que el Ayuntamiento de Almazán, tomó las riendas del proyecto, consiguiendo tras unas hábiles negociaciones la compra del edificio al Estado a un precio simbólico, con el compromiso de su puesta en valor con un proyecto singular y novedoso. Se analizaron las distintas opciones y finalmente se consideró que la puesta en marcha de un centro de turismo rural accesible, podría ser un servicio turístico que no existía ni en la provincia de Soria ni en el conjunto de Castilla y León, lo que permitiría tener una oferta única, dirigida a un sector muy concreto de la población, con una demanda importante de este tipo de servicios, que iba a posibilitar el mantener acuerdos de colaboración con administraciones e instituciones especializadas en el servicio a la población discapacitada.

Lo que se conoce como turismo accesible, engloba en España a más de tres millones de potenciales clientes de este tipo de oferta, sin olvidar que en promedio, por cada turista con capacidades restringidas hay al menos dos familiares o acompañantes. Si se hubiera mantenido la filosofía inicial del proyecto, en la actualidad no estaríamos hablando de falta de interés por parte de la iniciativa privada en la gestión de este negocio único en nuestra provincia.